Como manejamos el tiempo, manejamos la vida: el tiempo es el recurso de la igualdad, el recurso de la libertad y de la productividad.
Es el recurso de la igualdad porque a todos nos dan exactamente el mismo tiempo cada día, cada semana, cada mes, cada año, cada lustro y cada década. Y lo que logremos con ese tiempo nos lleva a destinos únicos y maravillosos, o a los mismos monótonos y repetitivos destinos.
El tiempo nos hace libres si le damos el poder respectivo. Al pasado, por el contrario, la mayoría de los emprendedores tiende a darle tres tipos de significado.
El primer significado NOS LLENA DE PODER: las experiencias pasadas nos dan fuerza para mejorar nuestros resultados. Es simplemente decidir que TODO lo que nos ha sucedido es para algo y nos fortalece y permite ser nuestra mejor versión HOY.
Otro grupo de emprendedores centra el segundo significado en los errores, fallas y problemas ya creados y evita tomar esta fuerza. Esto simplemente hace más lento el camino en el tiempo presente, y es donde la monotonía y la repetición se crean.
En el tercer significado está un grupo que vive en el futuro, esperando mejores resultados, esperando a que las cosas mejoren, esperando mejorar su flujo de caja, esperando se den las cosas como las quieren, por fin.
Sin embargo, muchos de los que viven en este grupo no hacen nada diferente para lograr el futuro deseado por razones como:
- “Hacer algo diferente me llena de incertidumbre y me pone a dudar, mejor lo hago después”
- “Hacer algo diferente no es posible porque ya lo he intentado todo, mejor no lo intento
- Hacer lo mismo esperando un resultado diferente (locura según Einstein) pero con total esperanza: “mejor sigo aferrado a esta loca esperanza”.
La única forma de hacernos libres es estando 100% presentes y asegurarnos así de estar ejecutando con nuestras capacidades (generalmente son mucho más de lo que creemos y conocemos) y construir así HOY lo que en realidad deseamos.
El mayor obstáculo para estar en el presente es nuestra mente discursiva (esa vocecita que oímos y a la que nos acostumbramos. Esa vocecita que nos limita, nuestra propia mente discursiva).
Si quieres silenciarla, negóciala. Hazla parte del equipo nuevamente: si le damos un rol para facilitar nuestros resultados ella estará llena de alegría. También nos puede preguntar y nos ayudará a encontrar nuevos caminos y respuestas.
El tiempo futuro es sólo para decidirlo y definirlo; luego debemos desapegarnos de él, olvidarlo y comenzar a asegurar hoy a dar el paso para llevarnos allá. El pasado es para tomar fuerza de él, darle un significado empoderador (esto puede incluir hasta olvidarlo) e iniciar el nuevo camino HOY.
Para poner esto en práctica, comienza por:
- Definir una visión a un plazo mínimo de 1 año con lujo de detalles sensoriales. Esta época de fin de año es ideal para iniciar este ejercicio.
- Definir dónde deberías estar camino a esa visión en las próximas 10 semanas. Define también tu meta para estas siguientes diez semanas, sin importar que época del año sea: evita ser esclavo de los calendarios colectivos.
- Definir de forma regresiva (10, 9 , 8, 7, …) semana a semana dónde va a estar para lograr esa meta de la semana 10.
- Comenzar a enfocar tus acciones de esta semana, la semana 1, y ejecuta en grande. Recuerda que el momento más importante es el presente: dedica tu presente a ejecutar lo más importante para tu semana 1.
Recuerda realizar un seguimiento semanal al camino hacia tu destino; anticípate a los recursos y estados que necesitarás para llegar a éste y asegúrate de utilizar bien tu tiempo. El aprendizaje se dará continuamente, llevar un diario de dichos aprendizajes te puede ayudar a implementar correcciones a tus acciones.
Este es el proceso que sigo con la mayoría de los emprendedores a quienes acompaño a lograr sus resultados. Esta es la forma de mejorar resultados en un corto plazo. También es mi forma de planear y ejecutar para llegar a siguientes niveles de productividad y resultados.
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